Lo que comienza como una película de asesinos a sueldo y saltos en el tiempo, pronto se convierte en una vertiginosa mezcla de acción, trama, giros inesperados y un argumento muy bien hilado que va atando cabos según notas que va llegando el clímax.
Cuando tus jefes del futuro deciden que quieren prescindir de tus servicios como asesino del presente, les basta con enviarte el último encargo: una versión con menos pelo de ti mismo, un buen fajo de billetes, y el deseo de que disfrutes todo lo que puedas tus próximos 30 años, porque serán los últimos. Pero algo ocurre, quizás el instinto de supervivencia que has guardado todos esos años enfrentándote mentalmente a una batalla contigo mismo; o quizás sea la persecución frenética y a muerte a la que te enfrentas compartiendo tiempo con tu otro yo. Puede que sea por venganza hacia aquellos que te han sacado a rastras de tu propia vida para que tu mismo acabes con ella. Tal vez sea porque has decidido luchar por tu vida, ¿pero quién? ¿Tu yo presente o tu yo pasado?
Siempre que hablamos de ciencia-ficción y metemos de por medio viajes en el tiempo hay muchas cosas que pueden fallar. Lo primero, y quizás más importante, es que dentro de la irrealidad, no sea creíble la situación. Que te cuenten una historia con fundamento, te enseñen la ciudad, cómo funciona, la conexión entre las lineas temporales, las sutiles diferencias que realmente la hacen tan distinta como para ser un mundo completamente opuesto, y sin embargo no dejar de pensar en cuantos años faltan para que lleguemos a esa situación; son algunas de las cosas que te meten de lleno en la película, y que hacen que te creas lo que te esta ocurriendo. Ese mágico momento en el cine en el que te teletransportas y comienzas a entender todo el mecanismo de la película, dejando fuera la trama y los personajes.
Pero es que además Rian Johnson ha conseguido uno(s) personaje(s) que crecen y se desarrollan emocionalmente. Entiendes qué hacen y a qué se dedican, comprendes porqué toman las decisiones que toman.Un maquilladisimo e irreconocible Joseph Gordon-Levitt (sí, soy de las que se paso un rato al comienzo de la peli intentando ver su cara original, y no lo conseguí) mantiene su (altísimo) nivel de actuación, mientras que su yo-mayor, Bruce Willis, vuelve a estancarse en escenas de acción sin diálogo y expresión nula en el rostro, si a alguien se le da bien algo, por qué iba a cambiar de estrategia.
Y por si fuera poco, la forma de contarnos la historia también tiene un sobresaliente. Planos imposibles que se mantienen acorde a una ambientación futurista. La linea temporal de la historia vuela del pasado, al presente, al futuro, volviendo al presente, y se pierde en el futuro, enriqueciendo la película con lo que da la sensación de ser varias historias (aunque técnicamente es una, o lo eran) entrelazadas. Preguntas en el aire que intentas justificar con todo lo que te han enseñado y que te mantienen en un estado de intriga constante.
Sin duda una de las mejores películas del género de este año, y quizás de los últimos y los próximos.
Para mi la mejor del género desde Hijos de los Hombres. Por fin ciencia ficción trabajada desde el guión y los personajes, y no basada únicamente en vacíos fuegos de artificio. Un ejercicio de originalidad cada vez más difícil de ver, por lo que se agradece y se disfruta. ¡Queremos más pelis como esta!
ResponderEliminarOjalá que te oigan allá por Hollywood
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