Mucho se ha hablado de True Blood desde que este verano diera el Adiós definitivo. La apuesta vampírica y sobrenatural de Alan Ball ha llegado a su fin tras siete temporadas y muchos bajones. En el post enlazado más abajo rindo homenaje a lo que empezó siendo una apuesta diferente, con un aire mezcla de romántico, sangriento y erótico, hasta evolucionar en un pupurrí de seres no-humanos y tramas secundarias que deslucían la esencia de la ficción. Siete años de tiras y aflojas entre Sookie, Bill, Eric y Alcide, que han cerrado de manera formal pero sin satisfacer a todos los seguidores. Si quieres leer la crítica completa en el siguiente enlace tenéis mi despedida a Bon Temps:
Frikimalismo: El estacazo final a True Blood
"Sookie is mine!"
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