Cuando hablamos de musicales en el cine nos viene a la cabeza una película con canciones, pero en este caso la obra es mucho más que eso. Es una canción continua echa película, una historia cantada y no contada, retransmitida a través de las voces en melodía. Si dejas que los escenarios te metan en la película, ya puedes fijarte en cualquier detalle (el maquillaje perfecto en todo momento, la crueldad de las imágenes, la letra, las interpretaciones impecables) que serás absorbido por la música y teletransportado por las canciones. Las tendrás de todo tipo, de presentación de personajes, para ambientarte en el momento histórico, para sacar tu vena más revolucionaria, cómicas, tristes y duras como la vida misma. No podrás pensar "esta me ha gustado más que la anterior", primero porque no habrá tal descanso para recapacitar, y segundo, porque todas y cada una de ellas son de una voz, una naturaleza y una armonía perfecta y única.
La historia de Los Miserables nos hablará de la esclavitud de un hombre, y cómo este recibe una segunda oportunidad, siempre con el fantasma de su pasado persiguiéndole. El destino pondrá en sus manos una vida que cuidar, proteger y amar, y por ella luchará. No por mantenerla ni por criarla decentemente, sino por su felicidad. Historias de compromiso, honor y altruismo compaginadas con amor, revolución y persecución. El argumento gira en torno a historias diferentes que se complementan para mostrarnos las distintas caras del ser humano: la redención, el camino que deberá seguir Jean Valjean para limpiar su alma y su nombre; el sacrificio por amor, Fantine nos demostrará hasta donde llega el ser humano por la supervivencia de sus seres queridos; Javert, un hombre de ley que se pondrá a prueba a sí mismo sobre qué es lo correcto; el matrimonio Thénardier no conocerá otra cosa que el interés; Enjolras y los jóvenes revolucionarios nos mostrarán la lucha de un pueblo contra la tiranía, por la libertad y la igualdad; y Marius y Cosette serán el amor personificado, un amor tan intenso que te cambia la vida cuando lo descubres.
Las interpretaciones encajan a la perfección. Veremos a un Hugh Jackman luchador, metido en el papel que le sienta como anillo al dedo, estando a la altura de interpretación y de voz. Las dulces voces de los jóvenes enamorados y luchadores impecables: ellas con un tono dulce y melodioso y ellos con un portento en sus cuerdas vocales. Hasta incluso el dúo Sacha Baron Coen y Helena Bonham Carter están a la altura de sus papeles, como no podía ser de otra forma, aportan la nota de humor y se les ve sueltos y a gusto (un respiro de emociones fuertes que sacara alguna que otra sonrisa). Russell Crowe es quizás la voz más forzada (o esa fue la impresión que me dio al principio, como la de Pierce Brosnan en Mamma Mia pero sin llegar a ser tan desastrosa), pero conforme avanzaba la película me encontré más a gusto con ese personaje, le veía más suelto en las canciones y pude disfrutar de su voz (las canciones del personaje también ayudan, saben explotar el potencial y no abusar para no romper).
Y no, no me he olvidado de Anne Hathaway, simplemente me gusta dejar lo mejor para el final. Solo puedo decir que los premios y nominaciones de la actriz no la hacen justicia, se quedan cortos. La angustia y sufrimiento del personaje que te canta desde la garganta te llega a doler. Esta soberbia en la actuación, y en el tema musical no podemos decir que "cante una canción", ella interpreta sentimientos desde una melodía, y puede hacer que te calen hasta los huesos. Sin duda uno de los (muchos) momentos del filme que se me pusieron los pelos de punta.
Cuando me refería párrafos arriba a que no estamos ante el típico musical, sino que esta vez podremos apreciar una obra maestra de la canción y el cine juntos, era literalmente. Esta película ha sido posible gracias a una técnica revolucionaria que se ha llevado a cabo por primera vez. En los musicales normales, los actores graban las canciones en un estudio y después éstas son ajustadas a la grabación, es decir, se rueda por un lado en playback la película y por otro el audio. Esto ha sido siempre así, pero ha llegado Tom Hooper (el director) y ha decidido que esto no le gustaba. En vez de eso, los actores se aprenderían las canciones, se familiarizarian con ellas, y una vez que eso sucediera, rodarían la película actuando sus propias canciones. No se trataba de cantar en una escena, sino de extraer el sentimiento del momento, todas las emociones del personaje, y volcarlas en la canción. Únicamente contaban con el apoyo de un audífono oculto bajo el pelo por el que oían un músico que les tocaba el piano en directo. Señoras y señores, esto es actuar y lo demás son tonterías. Esto es meterse en un papel y sentirlo, vivirlo. Y eso es justo lo que transmite la película.
Por si todo esto no fuera suficiente para emocionarnos (a mi la primera), el estilo técnico esta pensado para acercarnos más si cabe las emociones: planos primerisimos que nos dejan sin respiración antes las expresiones de amor, terror, esperanza y desolación.
La sensación después de salir de la sala es de plenitud por una obra de tales dimensiones en el séptimo arte. Y por supuesto, el tarareo de la revolución en forma de silbido.
A mi me encantó. Fue preciosa.
ResponderEliminarYa la he visto más de cuatro veces y sigo enamorándome de ella cada vez que la veo. Más que una película es una sensación condensada =)
EliminarGracias por el comentario! Un saludo!
Preciosa crítica, estamos absolutamente de acuerdo con tu opinión. Nosotros salimos extasiados del cine y ya tenemos entradas para ver el musicales en Valencia en diciembre, a ver si nos gusta tanto como la peli.
ResponderEliminarPelículas así inspiran críticas que traten de estar a la altura =)
EliminarGracias por vuestros comentarios, se nota que tenéis buen gusto :P
Espero que hayáis disfrutado del musical, debe ser toda una experiencia