Ambos con ese estilo darkpunk
pero tan distintos entre sí: Morfeo, desgastado y sin fuerzas, ha perdido
las ganas de retomar su cometido en esta y la otra tierra; Muerte, aquella que
se libró de la trampa que condenaría a su hermano, irónicamente llena de
vitalidad, celosa de la imagen que se percibe de ella. La mano de consuelo que
llega a todos en algún momento, con una sonrisa, para llevarlos al nuevo lugar
donde pertenecen.
Mientras recorremos las andanzas del creador de sueños,
abordaremos algunas historias cerradas para entender mejor a este ente en su
globalidad. Y para ello aparece la historia de amor, de tiempos ancestrales,
entre Morfeo y Nada. Lejos de la civilización, con otro rostro y otros rasgos
culturales, Sueño se enamoró.
Pero si el afecto y la lujuria son más fuertes en
los Eternos, también lo es así el dolor que les provoca. Un amor imposible que
arrasa las barreras oníricas, las leyes de los mundos superiores, y cuyo
castigo será peor que ninguno.
Conoceremos un nuevo lado del Señor Morfeo, algo oscuro y
vengativo que habita en su interior, alimentando sus acciones. A medio camino
entre mago de los sueños y señor de la oscuridad, ni ángel ni demonio. Pero
dejare que vosotros, queridos lectores, vayáis conociendo al señor de los
sueños poco a poco, en cada página, con cada viñeta, igual que yo.
Entrando en la trama principal de este tomo descubrimos que
cuatro de las creaciones de Morfeo han escapado de su reino en su ausencia: Bruto
y Glob, Campo de Violín y el Corintio. Con el don de manipular las mentes
mortales, su presencia en el plano terrenal puede ser nefasta. Si esta amenaza
fuera poco la creación de un vórtice puede desencadenar el fin de ambos mundos
su Sueño no lo detiene a tiempo.
Pero nuestro señor no es el único interesado en los
acontecimientos que puede provocar esa alteración de ensoñaciones. Sus
hermanos, Desespero y Deseo, también están al acecho en su peculiar forma de
provocar la ira de su familia. El primero, malformado y con una mente cargada
de maldad, acompaña a Deseo en sus planes. Un andrógino de ojos felinos, que
irradia sexualidad e impureza en cada frase. Ambos tienen en su pasado
numerosos encuentros desaventurados con sus hermanos.
Y como la capacidad para hilar historias de Gaiman es un
prodigio de originalidad, conocemos a Hector Hall, con el honor de ser el
tercer Sandman gracias a la inducción de dos creaciones malévolas del mundo
onírico (quien además seá Dr. Fate de JSA más adelante) y su esposa Lyta. Sin
saberlo, las fuerzas oscuras les han llevado a vivir una fantasia extraña
dentro de la mente de un niño, Jed. Este a su vez se encuentra en una situación
de maltrato, alejado de su hermana Rose Walker, quien se encuentra ligada al
Señor de los Sueños por una cadena de sucesos. Secretos y un extraño futuro
unirán sus destinos.
Pero hasta que ese momento llegue, la búsqueda de Rose le
levará a conocer a Corintio, creado por el mismísimo Morfeo para representar la
depravación más allá de toda lógica. Con su poder sobre los humanos, ha
conseguido reunir y alentar a mentes psicóticas con sed de sangre, dolor y
sufrimiento.
Unos números con un ritmo acelerado que te empujan a seguir
leyendo para descubrir qué ocurrirá después. Qué extraño camino recorrerás con
el laberinto de viñetas, esa composición metamórfica que te envuelve y te
arropa para, lejos de ver un sin sentido, impregnarte de una esencia de sueños y
realidades.
Una historia que intercala episodios autoconclusivos para
conocer mejor la esencia tras la palidez de Morfeo, una manera de dar fuerza a
las acciones que tendrán lugar más adelante. Mirar dentro de las motivaciones
que rigen al propio Rey de los sueños, sin dejar de lado su enfrentamiento a un
vórtice mortal, a miembros no deseables de su familia, y a la delicadeza y
crueldad del ser humano.
Un ejemplo de ese aporte extra que ofrecen los capítulos
independientes, es la experiencia de Morfeo en la taberna inglesa de 1389,
donde conoce a Hob Gadling. Un viaje con su hermana le inspira una curiosidad
insaciable por el hombre, que terminará saciando con un pacto. La inmortalidad
para aprender de su evolución, saborear sus fracasos, sus sueños perdidos.
Curioso despliegue de épocas y referencias históricas, así como el cambio que
se produce en una mente que vive para ver amaneceres totalmente distintos.
Espero que a los lectores no solo les pique el gusanillo,
sino que permitan a Sandman introducirse en sus camas cada noche, con el anhelo
de las mejores historias transformadas en sueños. Eso es lo que representa esta
obra, lo que te transmite. No saber si estás despierto o realmente tu plano
astral ha conseguido alcanzar algo más, un lugar con esencia pura que te
sumerge en una historia atemporal, adictiva y mágica.
La historia te adormece en un estado de consciencia total, y el trazo surrealista, esperpéntico y, a veces, mareante, de las viñetas, te mantiene despierto, atento a cada cambio, involucrándote en las coloridas páginas cada vez más. El deseo de continuar se mezcla con una curiosidad macabra por saber qué te espera en el próximo capítulo.
Esta serie recoge los números del 8 al 16 de “The Sandman”
la serie regular, aunque a veces el primer número ha sido incluido en su
predecesor. Cuenta nuevamente (al igual que todo el universo Sandman) con guión
de Neil Gaiman, aunque esta vez el dibujo corre a cargo de Mike Dringenberg, Crish
Bachalo, y Sam Kieth.
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