Hoy os traigo algo un poco más denso, pero para aquellos que os guste el aspecto más técnico del cine, prometo que no sos defraudará. Partiendo de un analisis de iluminación que realice hace algunos años, voy a analizar una escena de cine, concretamente de un clásico.
ANÁLISIS ILUMINACIÓN ESCENA
EL JOVENCITO FRANKENSTEIN
EL JOVENCITO FRANKENSTEIN
DATOS TÉCNICOS
Perteneciente al estilo de
iluminación expresionista, más conocido como el “Claroscuro” he seleccionado
una escena de la película “El Jovencito Frankenstein” (Young Frankenstein),
bajo la dirección de Mel Brooks. La secuencia analizada comienza en torno al
minuto 73 de la película, siendo su duración de 4’ 32’’. Su director de
fotografía en blanco y negro es Gerald Hirschfeld, contando también con la
dirección artística de Dale Hennesy. Durante esta escena aparecerán los
siguientes protagonistas: Peter Boyle como el Monstruo y Gene Hackman como el hombre
ciego.
Esta es la escena a estudiar:
ANÁLISIS


Posteriormente vemos un “salto de eje” en el momento en el que ciego que avanza desde la izquierda de la cámara hacia el fuego. En esta secuencia se ha dejado como foco de iluminación el fuego que hay detrás del hombre ciego, que basta para los propósitos de mantener los rostros de los protagonistas iluminados (recordamos que es para restar importancia al resto de objetos, y que sobresalgan sus caras y personajes sobre cualquier otro detalle). Esta técnica de la luz del fuego nos devuelve nuevamente la sensación de que de verdad nos encontramos en una cabaña en medio del campo con apenas dos focos naturales de luz (nos devuelve la sensación original de los primeros segundos de la escena analizada). Aprovechando la sensación de poca luz, la cámara vuelve a hacer un plano medio del Monstruo (desde abajo, algo inclinado para otorgarle una mayor altura y perspectiva, plano llamado “contrapicado”). La luz da de lleno en el lado derecho de la cara, dejando el izquierdo en penumbra, volviendo a intentar caracterizar al Monstruo con un aspecto temible y diabólico entre sombras.

Mientras el
ciego sirve la sopa, no le enfoca a él, usando una cámara de referencia (por el caldero), pues lo importante de este
momento es la reacción del Monstruo (ya que el hombre ciego intenta, sin
conseguirlo, atinar con la sopa y el vino, así como con el fuego para encender
el puro). La imagen de la cara del Monstruo sigue estando en media penumbra,
como si la vela fuera el foco que iluminase el lado derecho de su cara. Pese a
intentar alcanzar la comida, el Monstruo fracasa, pero no reacciona
drásticamente, sino que sigue intentándolo, profiriendo a la escena un toque
cómico (que está presente en toda la película, como buena parodia). Tras estos
dos primeros intentos de comer sopa, la imagen vuelve a acaparar a los dos
protagonistas. Obviamente, las reacciones del Monstruo acaparan la mayor
importancia de la escena, restando valor a las palabras del ciego. La escena sigue
sin música de fondo, ni ambiental ni musical, otorgando suspense y atención a
los gruñidos del Monstruo (su único habla). Una vez que el ciego ofrece vino, y
éste se sienta, la cámara cierra un poco el plano de ambos, acercándose a la
mesa (acercándose con un travelling hasta un plano medio). La vela, en medio de
ellos dos, sigue intentando darse a ver como el único foco, pero en realidad
hay uno artificial fuera de las cámaras por detrás de la vela para dar mayor
claridad a las caras y rasgos de los personajes. Con la cercanía y el roce de
sus manos al servir el vino, parece que el Monstruo ha olvidado el accidente
anterior con la sopa, por lo que disminuye momentáneamente la tensión de la
escena. El Monstruo va a beber de su copa, pero el ciego le interrumpe y le
pide hacer un brindis, algo a lo que accede pero con recelos en su mirada
(planos cortos de la cara de ambos personajes para este breve diálogo previo al
brindis). Tras esto, la cámara se centra en ambas copas, dejando tras estas la
cara del Monstruo, introduciendo a una reacción en éste.
En el momento del
brindis, la copa del Monstruo se rompe, siguiendo con el ambiente cómico de la
escena, y éste pone una mirada cansancio y paciencia, alzando la mirada al
cielo, en vez de reaccionar ferozmente como esperaríamos. Nuevamente la cámara
vuelve al plano de ambos personajes juntos en la mesa, con la misma iluminación
que comentamos anteriormente de los dos como únicos objetos importantes de la
escena. En ese momento el ciego decide ofrecerle un puro. En el ofrecimiento
(igual que en los dos anteriores de sopa y vino) recurre a planos cortos de la
cara del hombre ciego con el objeto (la oferta) y después la del Monstruo (la
respuesta y aceptación de los mismos). Con cara de niño inocente el Monstruo acepta,
alejándose nuevamente la cámara al plano de ambos personajes. Cuando el ciego
ofrece el fuego para encender el puro, el Monstruo comienza a reaccionar como
esperaríamos (dado que le produce pánico el fuego, explicado previamente en la
película). Mientras éste se muestra alterado, el hombre ciego intenta
convencerle de que no hay nada malo, y se lo muestra encendiendo su puro (no
hay plano corto porque se quiere coger también la reacción del Monstruo, que
mira expectante). Después intenta encender el abano del Monstruo, palpando su
mano (la escena sigue en tensión, pero parece calmarse por los ruidos de
consentimiento que hace el Monstruo). Tras esto, al igual que con el momento
del brindis, la cámara coge la cara del Monstruo de fondo (esperando su reacción),
y en un primer plano como el hombre ciego confunde el puro con el dedo del
Monstruo, y le prende fuego a éste ultimo. La mano del ciego se retira,
quedando únicamente en la escena el Monstruo con su dedo en llamas. Y pasan
unos segundos hasta que el Monstruo (que hasta ahora tenía cara de felicidad)
se da cuenta del error y del dolor, es entonces cuando grita y se comporta
realmente como un monstruo.
Tras soplar
y apagar su dedo en llamas, llegamos al desenlace de la escena, cuando el
Monstruo se incorpora y comienza a gritar y mover los brazos, para dar miedo y
asustar (obviamente no al ciego que no puede verlo, sino al espectador). La
cámara le sigue durante breves instantes y después enfoca la puerta de la
cabaña (apenas unas fracciones de segundo antes de que el Monstruo la atraviese
con los puños para salir), tras esto sale del plano y no aparece más en esta
secuencia. Aparece el ciego en la puerta llamándolo, y tras un comentario
cómico, la escena se acaba. La iluminación en los últimos segundos que
transcurren en la puerta es sumamente escasa, apenas hay suficiente para ver
que en el exterior está completamente oscuro y dejar ver la silueta de los
protagonistas (ya lo importante no es lo que reflejan sus rostros, sino la
reacción de su actuación)
¡FIN DEL ANÁLISIS!
Espero que os haya gustado, y que hayais aprendido algo, pues ese es el sentido de esta sección, desvelar los Secretos que oculta el cine. ¡Hasta la próxima!
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